Hoy miércoles 1º de mayo de 2024, celebramos un nuevo Día de los trabajadores y trabajadoras en todo el país, en el marco de una creciente angustia generada por la constante pérdida del poder adquisitivo de los salarios a consecuencia de una espiral inflacionaria que no se detiene.
A todo esto se suman las pretensiones de los núcleos del poder de la Argentina, en consonancia con distintos sectores de la política encabezados por el mismísimo presidente Javier Milei, que pretenden terminar con históricas conquistas de la clase trabajadora y, en especial, privatizar, desguazar y vender a precio de remate edificios y estructuras de los medios públicos con la consecuente pérdida de puestos de trabajo para miles y miles de trabajadores y trabajadoras de prensa de todo el país.
Repudiamos entonces la media sanción dada ayer a la llamada “ley ómnibus” y lamentamos que legisladores santafesinos hayan convalidado con su voto en Diputados el avance de una ley que perjudica a la clase trabajadora y beneficia a los privilegiados. La flexibilización laboral aprobada en la Cámara de Diputados no tiene un sólo artículo que beneficie a los que menos tienen. Se promueve el trabajo no registrado, sacando las penalidades por incumplir la ley. Se fomenta el trabajo sin derecho alguno impulsando la generalización del fraude y la ilegalidad mediante el uso del monotributo para esconder una relación laboral. Se promueve la pérdida de puestos de trabajo habilitando el despido discriminatorio que hasta ahora estaba lógicamente prohibido.
Nada de esto es nuevo en la Argentina. Todo es una repetición de fórmulas ya conocidas. La única novedad que quizás nos trae este intento de reinstalar relaciones laborales premodernas es el nivel de grosería de su principal impulsor.
Así ocurre también que desde las usinas de prensa del gobierno se pregona todos los días “¡libertad, libertad, libertad!” mientras el presidente hace del discurso violento junto a sus constantes ataques de furia una herramienta contra los medios de prensa en general y en especial contra distintos periodistas. Criticando a “ensobrados” sin ninguna denuncia en firme y eligiendo medios afines con periodistas que nunca repreguntan, aspirando a un país sin periodismo y hegemonizado por las redes sociales. La dictadura del código binario se disfraza de una falsa transparencia que oculta una desinformación sesgada.
Por otra parte, en nombre del equilibrio fiscal se atenta contra el sostenimiento del periodismo en general, sin embargo el dinero público invertido en redes sociales sí se incrementa constantemente. Así nos encontramos que se financia con pauta oficial a grandes empresas trasnacionales. Empresas dueñas de las redes sociales que usan el trabajo de los periodistas para aumentar su tráfico de usuarios pero nunca pagan por esa tarea.
El empeoramiento de las condiciones laborales y salariales, el achicamiento de la diversidad de medios, el ataque a los medios públicos -garantes de la libertad de expresión y el derecho a la información- apuntan a que no haya un periodismo que investigue y mucho menos moleste al poder.
En momentos en que la crueldad y el discurso agresivo se apoderan de la sociedad argentina, en que el hecho colectivo se convierte en objetivo central de los ataques de un discurso que promueve el sálvese quien pueda y el odio hacia distintas organizaciones y referentes sociales, reafirmamos nuestro compromiso de trabajadores y trabajadoras con el principio de solidaridad, eje fundamental en la construcción de nuestras fortalezas en la unidad de la clase trabajadora.
Nada nos es ajeno y en todo estaremos presentes cumpliendo con el objetivo central de transformar la realidad para crear un país más justo y soberano. Por eso este 1º de mayo nos sumamos a celebrar nuestro día conscientes de los desafíos y dificultades que se nos imponen junto al resto de los trabajadores y trabajadoras de todo el país.
Finalmente, el próximo jueves 9 de mayo acompañaremos el paro de actividades dispuesto por las centrales sindicales, con el objetivo de defender el derecho a la información, la continuidad de los medios públicos y la lucha por mejores condiciones de trabajo para toda la clase trabajadora.
